Instagram es un regalo envenenado. Es un poco como un kebab con triple de picante que sabes que no es bueno para ti, no es bueno para el mundo y ni siquiera debe ser bueno para el que trabaja allí porque no gana mucho dinero, pero te lo comes. Mi sistema es, habitualmente, trabajar con marcas muy invasivas. El motivo es claro: cuando subes las fotos a Instagram le concedes a la empresa una licencia de uso permanente y transferible. Instagram no hace uso práctico hoy en día de esas licencias, pero en el momento en el que necesite dinero, puede vender esas fotos a quien quiera. Sin restricciones. Instagram cambió sus condiciones en un momento determinado, pasando a ser como Facebook: en el momento en el que elimines el contenido, la licencia deja de estar disponible pero, ay, si alguien ha compartido esa foto o ese vídeo, se queda en algún limbo en el que tú puedes hacer más bien poco. Para más señas, os pego un párrafo correspondiente a esa cuestión.
Extracto de los términos de contratación de Instagram a 18 de febrero de 2020.
Tus derechos sobre el contenido no cambiarán. No reclamamos la propiedad del contenido que publicas en el Servicio o a través de este. En lugar de ello, cuando compartes, publicas o subes contenido que se encuentra protegido por derechos de propiedad intelectual (como fotos o vídeos) en nuestro Servicio, o en relación con este, de conformidad con el presente acuerdo nos concedes una licencia mundial, no exclusiva, transferible, sublicenciable y exenta de pagos por derechos de autor para alojar, distribuir, modificar, mantener, reproducir, mostrar o comunicar públicamente y traducir tu contenido, así como para crear contenido derivado (de conformidad con tu configuración de privacidad y de la aplicación). Puedes eliminar el contenido o tu cuenta en cualquier momento para dar por finalizada esta licencia. No obstante, el contenido seguirá siendo visible si lo has compartido con otras personas y estas no lo han eliminado.
Mis marcas invasivas se pueden quitar mediante trabajo manual o sistemas con inteligencia artificial intensiva, pero SIEMPRE será más trabajo -y por tanto, más coste- vender mis fotos que las de cualquier otro, así que probablemente, en un mercado de venta al por mayor, NADIE comprará fotos que le impliquen muchísimo más coste que las de otro. Como yo no ganaré nada en el caso de que Instagram las venda, prefiero que no lo hagan. Como fotógrafo profesional, es una decisión que probablemente comprendéis.
Instagram, influencers y fotógrafos
Por otra parte, el conjunto Instagram, influencers y fotógrafos supone un impulso innegable en la difusión del trabajo, así que sí hay alguna presencia mía en esa red social. Mucho de mi trabajo en esa red se puede ver en una de mis webs, http://www.archerphoto.org y en mi perfil de Instagram: http://www.instagram.com/archerphoto , pero prefiero que la gente me visite en casi cualquier otro sitio. En cualquier caso, es interesante posicionarse en las redes más importantes, especialmente cuando una parte de mi trabajo es el SEO mediante la creación de contenidos.
En la mayoría de las ocasiones estoy subiendo fotos de desfiles que, en otro caso, se quedarían si ver, escondidas dentro de mi ordenador, pero en otras ocasiones estoy trabajando con diferentes personas con las que produzco contenidos, así que intento que haya variedad.
Si necesitas fotos profesionales de cualquier tipo (incluso para redes sociales como LinkedIn, Facebook o Tinder), puedes contactar conmigo mediante un mensaje a sergi@archerphoto.eu o un Whatsapp al +34 644459753 . Puedes escoger.