La denominada regla de los dos tercios es una manera de componer una imagen. Cuando vamos a realizar una fotografía existen múltiples opciones sobre cómo y dónde colocaremos a nuestros sujetos en el plano. Así, aunque la tendencia más frecuente es colocar al sujeto principal en el centro, no es la única opción ni, necesariamente, la más interesante.
¿Qué es la regla de los dos tercios?
Cuando en una imagen el sujeto u objeto principal está centrado no hay ningún problema. Sin embargo, si trazamos una retícula dividiendo en tercios la imagen y colocamos nuestro foco de interés en ese lugar, la composición cobra un interés adicional. El primero en nombrar esta regla fue John Thomas Smith en 1787, en su libro Remarks on Rural Scenery, citando una obra de un pintor que ya la había empleado. Desde luego, Smith no inventó la norma, sino que solo la nombró.
En realidad, Smith propone esto no solo para la composición general, sino para casi cualquier línea o volumen que encontremos. Hablaba particularmente de los paisajes y de cómo, por ejemplo, deberíamos tener dos tercios de paisaje y uno de cielo, como manera de armonizar la composición. También hace especial hincapié en que si tenemos dos fuentes de luz en un cuadro (no hacían muchas fotos entonces) una debe ser principal y la otra subordinada.
En los diversos ejemplos de las fotografías que he colocado he incorporado la retícula para que se vea claramente la ubicación del sujeto. Esta regla de los dos tercios está extremadamente extendida. Incluso muchas cámaras -y hasta la cámara de fotos del móvil- permiten ver esta retícula en el visor o pantalla para ayudar a encuadrar al fotógrafo.
Hay que tener en cuenta que la regla de composición de los dos tercios no es ni una verdad absoluta ni algo que sea preciso seguir estrictamente. De hecho, en los ejemplos mostrados se ve que uno toma la cuadrícula como una referencia, pero no se ciñe a ella de manera exacta.
Un ejemplo más elaborado
En la foto siguiente, los sujetos están en los dos tercios, y el destello del sol también, pero la composición del fondo está dividida por la mitad entre el empedrado y el cielo. Además, el uso de las diagonales también nos dirige al punto de fuga en los dos tercios. Contado así parece más complicado componer el plano. Cuando estás allí, simplemente te mueves hasta que la cosa encaja y la foto tiene un buen resultado, pero cuando te pones a analizarla puedes ver los motivos por los que funciona.
Y también es preciso saber que el tema de los dos tercios solamente es una regla. Habrá veces que no queramos cumplirla porque nuestra impresión personal es que funciona mejor un enfoque totalmente simétrico o alguna otra composición. Es una gran idea tener los dos tercios como referencia y recordarla. Y una muy mala ser un talibán de los dos tercios.
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