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En numerosas ocasiones le damos mucha importancia a la última tecnología que se anuncia y no valoramos adecuadamente el material que tenemos disponible. En otras, le cogemos cariño, por ejemplo, a algún objetivo, y lo sacamos de vez en cuando para hacer algunas fotos extra. Esto me ha pasado con el Tamron 200-400 y, bueno, tiene sus pros y sus contras.
La importancia de un objetivo para un fotógrafo suele estar, sobre todo en la calidad de las lentes, pero no olvidemos que hay otros factores que debemos tener en cuenta. Por una parte está la velocidad de enfoque, el peso, la comodidad, la compatibilidad, la solidez, el tamaño… Son muchas variantes, y algunas veces pasamos algún factor crítico por alto.
Malas noticias sobre el Tamron 200-400
Este Tamron AF LD 200-400 F5.6 75DE de (montura Canon, pero en Nikon se trata, si no me equivoco, de el mismo diseño en casi cada detalle) es una lente que se empezó a comercializar en 1994 y estuvo hasta el 2000 en el mercado, fecha en la que aparecieron nuevas versiones, si bien eran muy parecidas. Bien, el factor problemático de este objetivo es el mismo que el Canon 100-400, que, dejando aparte este detalle, es una lente espléndida. Estos objetivos tienen un efecto aspiradora bastante negativo. El objetivo permite que entre el aire porque, cuando varias el zoom, varía el volumen interno de la lente, de manera que, por diseño, acaba absorbiendo polvo y lanzándolo hacia nuestro sensor.
Sin ser exagerados (no me consta hasta la fecha ninguna víctima mortal causada por este efecto aspiradora del Tamron 200-400) esto puede suponer un problema importante si lo usas frecuentemente o si en vez de limpiar tú mismo tu sensor lo llevas habitualmente al servicio técnico para que hagan esta tarea. Porque este objetivo se puede encontrar en eBay por entre 80 y 150 euros, con una calidad óptica asombrosa para su precio.
Otros detalles sobre el rendimiento
El autofoco es más bien lento, nada comparable a la serie L de Canon y seguramente te puede hacer perder algunas fotografías interesantes. Pero si estás acostumbrado al rendimiento de algunos zooms de gama baja probablemente no lo encuentres especialmente desastroso. Yo lo he empleado para diferentes cuestiones. Salvo para deportes, ha sido relativamente práctico para trabajar. Viene incluso con el anillo para el monópode incorporado. Tiene un parasol bastante espectacular y probablemente llame la atención cuando lo colocas.
Así, desde mi punto de vista, esta lente es, en algunos aspectos, un regalo envenenado, pero, con todo, es factible que quieras echar un vistazo a alguno e incluso comprarlo.
Soy Sergi Albir, soy fotógrafo profesional en València y otros lugares. Si necesitas fotos o estás interesado en aprender fotografía, puedes contactar conmigo en sergi@archerphoto.eu o con algún mensaje al +34 644459753 (Whatsapp o Telegram). Si me quieres encontrar en Instagram, @Archerphoto.
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