Las leyendas urbanas tienden a propagarse con mucha velocidad aprovechando corrientes ya existentes. Es algo así como navegar con el viento a favor: aparecen leyendas urbanas que adquieren mayor difusión basándose en algunos hechos o situaciones reales. Y cuanto más complicadas sean o más desinformación haya en el ambiente con respecto a un tema, más se propagan. El ébola, un virus realmente mortífero hoy en día, está en portada de muchos medios, de manera que hay todo un fenómeno adicional de idioteces que están apareciendo al respecto.
Las falsas curas del ébola
Una de las principales estupideces es la afirmación de que existe una cura sencillísima y prácticamente gratuita que nadie quiere que conozcas, pero que es increíble, fantástica y la pera: el ewedu, o kren-kren. Apareció en algunos sitios y es, como cabría esperar, falsa. Aquí hay un artículo en el que lo explican. http://www.chequeado.com/el-explicador/2196-la-falsa-cura-para-el-ebola.html
Eso era un asunto genérico. Posteriormente apareció un tal Josep Pàmies que hablaba de la Garcinia Kola, una planta que también lo podía curar. La referencia que daba era sobre un tratamiento que parecía prometedor en 1999 pero que evidentemente ha resultado no ser efectivo. En su post, Pàmies pasaba a criticar también los tratamientos de Novartis para la malaria y su política comercial. Como cura alternativa propone el dióxido de cloro que, bueno, matar el ébola, lo mata, pero como desinfectante que es, no está exento de problemas: en cantidad suficiente te matará a ti antes de que lo haga el virus, pero oye, no habrás muerto de ébola. Posteriormente, en su post (http://joseppamies.wordpress.com/2014/08/06/el-ebola-se-puede-curar/) se lanzaba a hablar de la plata coloidal, un coloide ( Sustancia dispersa en un medio, cuyas partículas tienen un tamaño comprendido entre 10 y 10 000 A) del que no hay ningún estudio serio que avale sus efectos positivos pero que sí tiene una buena fama en las terapias alternativas. Lamentablemente, sí hay estudios que vinculan la plata coloidal con peores tiempos de curación de cualquier enfermedad que se trate con medios convencionales y la plata coloidal añadida.
Pàmies remata su excepcional artículo con una frase lapidaria: (…)”Cruz Roja, Médicos sin Fronteras y Unicef, han rechazado incomprensiblemente nuestro ofrecimiento de colaboración gratuita”. Incomprensiblemente.
Yo de hecho oí comentandose algo parecido en “El cuarto milenio”, una planta autóctona que resultaba ser usada en la zona pero que trataban de ocultar sus efectos positivos ya que el virus habia sido puesto adrede por empresas farmacéuticas. Y claro mi madre se lo creyó todo. He de decir que yo también dude.