No siempre tiene uno la oportunidad de traer una leyenda urbana como esta, que ha dado vueltas por medio mundo pero que aquí no se conoce demasiado. De hecho, no he encontrado la traducción y la he tenido que hacer yo mismo. Es un texto que recoge una contestación de una carta enviada al Instituto Smithsoniano sobre un hallazgo científico. La carta es perfectamente falsa pero si Miguel consigue leerla a la primera sin reírse hay 100 euros encima de la mesa.
Pues lo dicho. Esto es una supuesta carta que se envía al Instituto Smithsoniano comentando un descubrimiento científico. Los científicos son gente educada, y descartan, por diferentes motivos, las sugerencias que el remitente de la carta ha ido dejando caer junto a la muestra enviada.
Una muestra de la carta en inglés puede ser encontrada aquí (http://www.dacre.net/strange_stuff.html), pero incluimos en esta página la traducción al castellano.
La respuesta del Instituto Smithsoniano
Estimado señor:
Gracias por su reciente envío al Instituto, etiquetado como “211-D, séptima capa, cercana al poste de tender, cráneo homínido”. Hemos dado a este espécimen un examen cuidadoso y detallado, y lamento tener que informarle de que no estamos de acuerdo con su teoría de que representa “una prueba concluyente de la presencia del hombre primitivo en el Condado de Charleston hace dos millones de años”. Más bien, parece que lo que ha encontrado es la cabeza de una muñeca Barbie, de la variedad que un miembro de nuestro personal, que tiene hijos pequeños, cree que es la “Barbie Malibú”. Es evidente que usted ha dedicado una profunda reflexión al análisis de esta muestra, y puede estar seguro de que aquellos de nosotros que estamos familiarizados con su trabajo anterior en el campo éramos reacios a contradecir sus hallazgos. Sin embargo, sentimos que hay una serie de atributos físicos de la muestra que podrían delatar su origen moderno:
1. El material es plástico moldeado. Los restos de homínidos antiguos suelen estar formados por huesos fosilizados.
2. La capacidad craneal de la muestra es de aproximadamente 9 centímetros cúbicos, muy por debajo del umbral incluso de los primeros proto-homínidos identificados.
3. El patrón que se evidencia en la mordedura patente en el “cráneo” dentición es más coherente con el perro doméstico común de lo que sería con las “voraces almejas devoradoras de hombre del Plioceno” que se especula vagaban por los humedales durante ese tiempo. Este último hallazgo es sin duda una de las hipótesis más interesantes que ha enviado en su historia con esta institución, pero la evidencia parece pesar más fuertemente en contra de ella. Sin entrar en demasiados detalles, digamos que:
A. La muestra se parece a la cabeza de una muñeca Barbie que un perro ha masticado.
B. Las almejas no tienen dientes.
Es con sentimientos teñidos de melancolía con los que debemos negar su solicitud para hacer una prueba de carbono para especificar la datación. Esto se debe en parte a la pesada carga pesada que nuestro laboratorio debe soportar en sus operaciones habituales y en parte debido a la notable inexactitud de datación por carbono en los fósiles de reciente registro geológico. Según nuestra información, no hay muñecas Barbie fabricadas antes de 1956 dC, y la datación por carbono es probable que produzca resultados muy imprecisos. Por desgracia, también hay que rechazar su solicitud de que contactemos con el de Departamento de Filogenia de la Fundación Nacional para la Ciencia para la asignación a su muestra del nombre científico “Australopithecus spiff-arino”. (Algo así como Australopithecus Vacilón). Hablando a título personal, yo, por mi parte, he luchado tenazmente para la aceptación de su propuesta de taxonomía, pero fue finalmente rechazada porque la especie nombre que seleccionó está escrita con guión, y realmente no suena como que podría ser americana.
Sin embargo, con mucho gusto aceptamos su generosa donación de esta fascinante muestra al museo. Aunque, sin duda, no es un fósil homínido, es, sin embargo, un ejemplo fascinante del gran cuerpo de trabajo que parecen acumularse aquí con tan poco esfuerzo. Usted debe saber que nuestro Director ha reservado un estante especial en su propia oficina para la exhibición de los ejemplares que ha enviado previamente a la Institución, y todo el personal especula diariamente sobre lo que va a pasar a continuación en sus excavaciones en el sitio que tiene descubierto en su patio trasero. Esperamos ansiosamente su viaje a la capital de nuestra nación que usted propuso en su última carta, y varios de nosotros estamos presionando al Director para financiarlo. Estamos particularmente interesados en escuchar la ampliación de sus teorías en torno a la “filifitación transposicionante de iones ferrosos en una matriz estructural” que hace que los excelentes fémures de Tyrannosaurus Rex jóvenes recientemente descubiertos tomen la apariencia engañosa de una llave inglesa oxidada de 9 mm Sears Craftsman para coches.
Científicamente suyo,
Harvey Rowe
Curador, Antigüedades
Bien, Harvey Rowe no es un científico del Smithsonian, sino un médico que entonces estaba estudiando en South Carolina y escribió, a finales de marzo de 1994, una broma para sus amigos, a los que envió el texto por correo electrónico. Probablemente no pudieron evitar empezar a distribuirla y después comenzó a aparecer en diferentes webs: en el 95 ya estaba en más de cien y acabaría apareciendo en sitios como el Washington Post, Denver Post o ABC Nightline.
Rowe confiesa en una entrevista que los términos científicos son poco exactos: lo del Plioceno no sabe si fue en torno a los dos millones de años y desde luego no sabe si en la cabeza de una Barbie caben 9 centímetros cúbicos, pero creo que a todos nos parecerá poco relevante.
Una entrevista a Harvey Rowe http://emganin.tripod.com/home/id18.html
Esto lo contamos en La Noche es para Mí, en M80 Radio con Miguel Coll, el día 8 de octubre de 2015.