Los escoceses no son los únicos que tienen una leyenda sobre monstruos lacustres: en el lago Van, una remota región de la península de Anatolia, tienen la versión turca de Nessi: Van Gölü Canavari (el monstruo del Lago Van). La leyenda, si tenemos que hacer honor a la verdad, parece ser más antigua, y cuenta con textos de cronistas como Moisés de Corene, un cronista armenio del s.V que ya habló del “segador de vishaps”. Dicho así, uno no le daría mucha importancia, pero los vishaps son seres mitológicos que se representaban como menhires (enormes estatuas de piedra).
El monstruo se ocuparía de arrastrar al fondo del lago a cualquier vishap que tuviese tamaño suficiente como para devorar el mundo. Hasta aquí, la leyenda, que tiene poco de urbana y mucho de místico, pero la desaparición de un hombre en 1889 narrada por un periódico llamado Saadet hizo que el gobierno investigase la cuestión. Ningún hallazgo. Con posterioridad, los armenios fueron exterminados de la cuenca del río entre 1915 y 1923 por los turcos, y la zona fue ocupada por kurdos, que en 1990 dieron noticia de avistamientos del monstruo (se habla de unos 1000 desde el 90 hasta 2017). Pero los kurdos parecían estar mucho más influenciados por cultura occidental y la leyenda se aleja de la clásica historia del Van Gölü Canavari. En 1997 Ünal Kozak, un asistente de enseñanza de la Universidad de Van afirmó haber capturado al monstruo e incluso grabó un vídeo y escribió un libro, sin que merezca credibilidad por zoólogos o científicos de ningún tipo.
Para acabarlo de arreglar, hay una estatua de 4 metros en el centro del condado de Gevas de altura evocando al monstruo en una rotonda, junto a una gasolinera, contribuyendo a la escasa credibilidad de la historia. La leyenda milenaria se ha quedado como un mal reclamo de turistas con ganas de risa.