Cerveza. Si la semana pasada veníamos con la Coca-Cola, esta semana toca cerveza. Una bebida basada en cebada y lúpulo que algunos de nuestros oyentes conocerán. Hoy traemos el incertificable suceso de la cerveza del Sol Naciente.
Como decíamos: el incertificable suceso de la cerveza del Sol Naciente. Si hay una página que recopile leyendas urbanas espléndidas es, sin duda, la de los Premios Darwin. Es una estupenda manera de celebrar San Cuniberto de Colonia y, claro, San Labuino de Daventer.
Los premios Darwin se conceden a aquella gente que ha muerto de una manera particularmente estúpida sin dejar descendencia. Para que se te conceda un Darwin has de estar básicamente muerto y sin hijos -aunque se han concedido algunos honoríficos-, amén de que la historia de tu muerte debe ser comprobable. Dado que les llegan muchas historias, en repetidas ocasiones han acumulado relatos falsos pero que han corrido como la pólvora y merecen la pena ser mencionadas. He escogido una de ellas porque, además, incluye otra leyenda urbana.
Esto empezó a dar vueltas en 1994 transmitiéndose por correo electrónico como advertencia.
Cerveza, hidrógeno y Japón
La locura reciente por la cerveza con hidrógeno es el motivo de una demanda a tres bandas del corredor de bolsa en paro Toshira Otoma, al bar de karaoke Tike-Take, y a la cervecería Asaka. Otoma está demandando al bar y a la fábrica de cerveza por venta de sustancias tóxicas, y reclama daños y perjuicios por lesiones corporales graves que le llevaron a la pérdida de su trabajo. El bar ha hecho una demanda en sentido contrario por difamación y la pérdida de clientes.
La empresa Asaka es la propietaria de la marca de cerveza “Suiso”, en la que el dióxido de carbono que normalmente se utiliza para agregar burbujas ha sido sustituido por hidrógeno, un gas menos problemático para el medio ambiente. Dos efectos secundarios del hidrógeno han hecho que esta cerveza sea muy popular en los bares y discotecas de karaoke.
En primer lugar, porque las moléculas de helio son más ligeras que el aire, así que las ondas sonoras se transmiten con mayor rapidez, por lo que las personas cuyos pulmones se llenan con el gas pueden hablar con una voz inusualmente aguda. Gracias a esta peculiaridad de la física, los urbanitas elegantes ahora pueden cantar partes de soprano en el karaoke después de consumir un trago de cerveza Suiso.
En segundo lugar, la naturaleza inflamable de hidrógeno también se ha convertido en un punto de venta, aunque debe tenerse en cuenta que Asaka no ha reconocido que se tratase de una estratagema de marketing deliberada.
La cerveza ha inspirado una nueva moda de lanzar llamas por la boca usando un cigarrillo como una fuente de ignición. Muchos vídeos nuevos de karaoke cuentan con cantantes vomitando llamas azules en cámara lenta, mientras que los concursos de lanzallamas tienen lugar en los bares por todas partes. “El Sr. Otoma no tiene a nadie a quien culpar sino a sí mismo. Si no se hubiera emborrachado, nada de esto habría sucedido. Nuestros guardias de seguridad se someten al entrenamiento más cuidadoso antes de que se les permita trabajar conlos clientes”, dijo Takashi Nomura, gerente de la barra de Tike-Take.
“El Sr. Otoma se bebió quince botellas de cerveza de hidrógeno con el fin de maximizar el tamaño de las llamas a eructar durante el concurso. Lanzó bolas de fuego a través de la habitación de las que Godzilla estaría orgulloso, pero esto no fue suficiente para ganar, ya que la puntuación se hace tanto por la calidad de las llamas como por el canto, y después de quince botellas de cerveza estaba bastante fuera de tono “.
“Él se ofendió por el resultado y lanzó bolas de fuego de color azul a uno de los juece del concurso, chamuscándole también la parte frontal del cabello a una jueza y eliminándole por completo las cejas y pestañas, además de dañar completamente la ropa de dos clientes cercanas. Ninguna de estas personas han regresado a mi bar. Cuando nuestro personal de seguridad se acercó al Sr. Otoma, se giró hacia ellos, así que era casi imposible acercarse a él. Nuestro jefe de seguridad no tuvo más remedio que lanzarse a las rodillas del señor Otoma, golpeando sus piernas por detrás.
Las leyes de la física no deben ser desobedecidas, y la fuerza que impulsó a las piernas del señor Otoma revés le hicieron girar sobre su centro de gravedad y se transmitieron a a la parte superior del cuerpo hacia adelante con la misma velocidad. Fue culpa suya tener la boca abierta para el próximo eructo, y fue culpa suya llevar un cigarrillo encendido, y también fue culpa suya tragarse ese cigarrillo “.
“El bar Tike-Take no se responsabiliza de la combustión interna posterior, ni de la rotura de su revestimiento del estómago, ni de las quemaduras de tercer grado en su esófago, laringe y senos paranasales cuando los gases de la explosión salieron de su cuerpo. Que el Sr. Otoma se quedase mudo y la perdiese su empleo son culpa suya”.
No se ha encontrado rastro alguno de realidad en esta historia japonesa, y de hecho tanto en la web de los Darwin Awards como en el Japan Times lo desmienten. Basándose en esta historia, sí hay un par de vídeos de una presunta cerveza con helio, pero se trata de bromas del April’s Fool Day (el día de los inocentes de los anglosajones) de 2014. Técnicamente, por lo que hemos leído, es inviable crear una cerveza con helio porque se disuelve muy mal en el agua y apenas habría un par de burbujas por lata, que saldrían al exterior inmediatamente.