¿Selfies y trastornos mentales?

¿Selfies y trastornos mentales?

La leyenda que estropearemos es… “la gente que se hace autorretratos (o selfies, que se llama ahora) está mal de la cabeza”. Es un tema que, además, me afecta personalmente porque soy fotógrafo y, bueno, hay cosas que contar.

Un selfie es un autorretrato de toda la vida. Pero últimamente, hacerse fotos uno mismo es una cuestión muchísimo más sencilla que antes: todos tenemos móviles con cámara, y casi todos nuestros oyentes, por citar un amplio porcentaje de la población, son el epítome de la belleza, la beldad hecha público, gracia y hermosura todo en uno, así que se ven llevados por el impulso irresistible de hacerse una foto. Eso, en principio no es un problema, pero hay una avalancha de autofotos. A partir de ahí se produce un dilema, porque… ¿qué sucedería si una fuerza irresistible se enfrenta a un objeto inamovible? Los pesados de los selfies se enfrentan al ejército más poderoso de la red: los protestones profesionales. Los mismos que se quejan de que les han cambiado una columna de sitio en Facebook o de que la combinación de colores de su sistema operativo no está en el tono correcto. Y del enfrentamiento, saltan chispas. Entre las chispas, algún malintencionado se redacta nada menos que algo como esto, que es uno de los textos que vino difundiéndose es el siguiente:

La APA (Asociación Americana de Psiquiatría), tuvo su junta anual de directores de reunión en Chicago en la que sacó varias conclusiones, entre ellas, la de la “selfitis”. Ese fue el nombre que los profesionales le dieron al deseo compulsivo obsesivo para tomar fotos de uno mismo y publicarlos en las redes sociales. Sostienen que esa pulsión se debe a una forma de compensar la falta de autoestima y llenar un vacío en la intimidad.

APA define tres niveles de trastorno:

Selfitis Borderline: tomar fotos de uno mismo por lo menos tres veces al día , pero no su publicación en medios de comunicación social.

Selfitis aguda: tomar fotos de uno mismo por lo menos tres veces al día y la publicación de cada una de las fotos en las redes sociales.

Selfitis crónica: impulso incontrolable de tomar fotos de uno de uno mismo durante todo el día y la publicación de las fotos en las redes sociales más de seis veces al día.

En este caso no he tenido que trabajar mucho, porque los chicos del Independent se cepillaron directamente la historia (http://www.independent.co.uk/life-style/gadgets-and-tech/obsessive-selfietaking-classified-as-a-mental-disorder-what-we-can-learn-from-a-hoax-9243442.html ): ellos cuentan que aunque la fuente original admitía que solían decorar sus noticias con detalles imaginarios, el hecho de que Yahoo distribuyese la información dotó al bulo de credibilidad. Y eso que las noticias de Yahoo suelen ser bastante proclives a la rumorología y a titulares sensacionalistas, pero hay gente que les tiene cariño. A pesar de todo, había un atisbo de verdad en todo esto: la semana anterior la prensa británica difundió el caso de Danny Bowman, un chico que intentó suicidarse después de una depresión grave caracterizada por un trastorno dismórfico corporal (TDC) (consiste en una preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto percibido en las características físicas (imagen corporal), ya sea real o imaginado) y -aquí es donde ya se lía- una manía compulsiva a hacerse autorretratos. Evidentemente, aquí es donde se empieza a mezclar una enfermedad con un rasgo descriptivo del comportamiento del chico. Después se recoge la información de un estudio (un paper) de la Birmingham Business School que concluye que demasiados selfies pueden contribuir a una disminución de la intimidad y a relaciones personales peores.

Selfie
Un autorretrato no tiene porque ser realizado con un móvil.

Con esos conceptos, algo de mala baba y pocos escrúpulos podemos conseguir el resultado que efectivamente se propagó: “te haces un selfie – estás como una regadera”. En general, el autorretrato ha sido una tónica general que muchos artistas han realizado: Botticelli, Durero, Rembrandt, Van Gogh (vale, este sí estaba algo raro), Velázquez, Rubens (no Barrichello, el otro, el que pintaba), Cezanne, El Greco, Man Ray y muchos otros que no eran artistas también probaron: Ramón y Cajal, Obama, por citar algunos.

La gente que sube demasiados autorretratos puede resultar pesada, egocéntrica o cansina, pero en muy pocos casos se puede decir que sea un síntoma evidente de una enfermedad mental. Si tienes un amigo o amiga que se excede con estas cosas más allá de tu nivel de tolerancia, ocúltatelo en Facebook, pero no temas por su salud mental. Y si ves que es muy torpe con la cámara, recomiéndale que acuda a un fotógrafo profesional, eh, eh??? Pues eso  http://Archerphoto.eu 😉

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