El boudoir, en general, es una aproximación a la fotografía especialmente interesada por ofrecer una perspectiva en la que la persona se vea especialmente atractiva, y casi siempre en un entorno íntimo, en la mayoría de las ocasiones con ropa interior o incluso desnuda.
La idea está en centrarnos en conseguir el mejor aspecto posible. El boudoir es, desde la mayoría de puntos de vista, una visión determinada de una persona, en la que se retrata una parte de su personalidad de una manera concreta. Es un tipo especial de retrato. Queremos ofrecer una visión particular, una faceta. Así, cuidaremos particularmente la ropa, la luz, el maquillaje y la actitud. Hay veces que será una cuestión más natural y en otras, más elaborada, pero en cualquier caso resulta esencial la actitud que queremos proyectar. Así, el resultado depende no solamente de criterios técnicos, sino de una cierta voluntad y actitud. La sensualidad, el glamour y la intención son algunos puntos en los que deberemos fijarnos. Para que esto funcione bien, es preciso que le demos tanta importancia al trato personal como a los aspectos técnicos.
Boudoir en blanco y negro o en color
Aunque yo tengo mucha tendencia a emplear el blanco y negro, la fotografía boudoir se realiza indistintamente en color o en grises, según gustos. El blanco y negro es, para mí, más directo, más objetivo. El color permite una expresividad alternativa. Son diferentes herramientas para contar nuestra historia.
Finalmente, una cuestión muy interesante: el boudoir no es una competición y la idea está en que cada persona obtenga imágenes que le ayuden a verse en un aspecto sensual: la edad no es prácticamente nunca un problema. Lo importante es tener la voluntad de salir lo mejor posible y dar el paso.
Otro aspecto importante a destacar es la luz. Yo suelo trabajar con dos sets diferentes, uno en el que empleo luz natural y otro con focos, flashes y más material de estudio. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes y, sinceramente, uno adapta el modo de trabajo a la persona que tiene ante el objetivo. Esa es la parte crucial, conectar con la persona y poder transmitir así esa imagen que desea proyectar.
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