Las cuatro razones por las que soy fotógrafo digital

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Aunque esto puede que suene a historia muuuuy vieja, yo empecé haciendo fotos en película. Lo digo así y no «fotografía analógica» porque me parece un término inexacto. Sigamos. Se habían hecho fotos así durante más de un siglo y yo estaba trabajando en una revista de informática, Jumping, cuando empezaron a comercializarse las primeras cámaras digitales. Habían salido algunas ya, pero en ese momento se popularizaban y nos llegaron algunas a la redacción. Mientras tanto, para cuestiones profesionales seguíamos trabajando en película, porque la resolución que ofrecían la mayoría de las cámaras digitales era insuficiente, el rango dinámico era muy justo y las digitales reflex andaban en pañales. Las excepciones no eran rentables para casi nadie y eran exclusivamente para osados pioneros.

Parc Central de València. Una foto con una cámara actual y una lente antigua pero muy buena.

Fotógrafo digital o fotógrafo de película

Explico todo esto porque fue en ese período en el que yo mismo pasé de ser un fotógrafo de película, o de carrete, a ser un fotógrafo digital. Enumerar las ventajas de las cámaras que entonces eran nuevas era parte de nuestro trabajo en la revista, claro, y años después, esto pasó a ser algo demasiado evidente: todo el mundo se había dado cuenta ya de que la nueva tecnología era mejor. Y después llegaron otros tiempos: hoy en día veo frecuentemente hipsters con cámaras antiguas porque le encuentran un encanto especial a la fotografía en película. Estos, junto a algunos fotógrafos que no han querido convertirse, son los grandes valedores de la fotografía en película, que es, salvo contadas excepciones, un nicho de nostálgicos, inadaptados y pretenciosos.

Las cuatro razones por las que soy fotógrafo digital - Archerphoto
Una foto realizada con una S40, lanzada en octubre de 2001.

Hay algunos profesionales de extremada pericia -especialmente cuando hablamos de Hollywood, directores de fotografía que trabajan en cine y tienen un ojo con el color que es muy infrecuente- que sí pueden decir eso de que «con los sistemas digitales no consiguen los resultados exactos que buscan». Pero estamos hablando de gente que se ha dedicado toda su vida a esos pequeños matices.

El Umbracle en el año 2000, en una foto realizada con la EOS 300 de carrete.

La primera razón: los resultados son inmediatos. Puedo ver si estoy haciendo un desastre o la cosa va más o menos bien. Con la fotografía en película me tocaba esperar una semana.

La segunda razón: los resultados son inmediatos. «Espera, eso ya lo has dicho». Sí, pero no. Cuando trabajo con una modelo, puedo enseñarle el resultado inmediatamente y conseguir mejoras en muchos aspectos. Pero no solo eso, también puedo hacerlo con la maquilladora o con un cliente si estamos cambiando la iluminación o moviendo objetos.

La tercera razón: el formato digital permite ser más rentable y aprender muchísimo más deprisa que el químico. Tanto por ver el resultado inmediato como por la libertad para la experimentación con cada una de las opciones que tenemos.

La cuarta razón: poder aprovechar nuevas tecnologías. Más velocidad, más almacenamiento, más rango dinámico, más sensibilidad, mejor autofoco, mejores flashes, compatibilidad con nuevas lentes, o, claro, grabar vídeo.

Pero las cámaras antiguas molan más…

El usuario normal y el fotógrafo profesional cuentan con herramientas mucho más accesibles para la gestión de imágenes de lo que se podía hacer en el momento álgido de la fotografía de película. Pero eso sí, lo estupendas que quedan las cámaras antiguas de película, espléndidamente diseñadas y estéticamente fabulosas, no son comparables con la mayoría de las cámaras actuales, con un diseño más utilitarista. He aquí la cuestión, que las cámaras más feas de película, las últimas, las que más tecnología llevaban, no son las que emplean los hipsters, que se conforman con una Yashica TL y un 50 1.8 que la mitad de las veces está rayado. Las Canon EOS 1n o las Nikon F6 no se ven entre los novatos, solo entre los profesionales que no han querido – o sabido- hacer la transición.

Doñana con Canon Explorer Series, foto de Archerphoto fotografo profesional, fotografía de naturaleza
En Doñana, en 2018.

Las cámaras de película necesitan precisamente eso, película para funcionar. Y el revelado de color no es un proceso que esté en la mano del usuario. Compras un carrete, que sí, pasa unos estrictos controles de calidad, lo metes en la cámara, disparas y después una fábrica procesa con sus propios ajustes, la película, para que tanto la tuya como la de un montón enorme de gente, salga lo mejor posible. Pero es un proceso industrial que se aplica indiscriminadamente, y no foto por foto, que es lo que harías tú con el ordenador. Amén de que, claro, es mucho más caro.

Un carrete de 36 fotos es normal que cueste unos 12 euros. Y el revelado con copias 10×15, por ejemplo, unos 18. Y podrían cobrarte portes, pero vamos a pensar que no, que tienes el laboratorio debajo de tu casa. Estamos hablando de unos 30 euros por 36 fotos. Que es probable, que en realidad, quieras escanear y procesar después, así que vas a tratarlas digitalmente, con lo que la ilusión de la fotografía en soporte de película vuelve a perderse.

Y al final…

Yo asumí hace tiempo que soy un fotógrafo digital. Aunque puntualmente quiera emplear algunas cámaras analógicas para trabajos concretos, el flujo general es digital. No he de negar el encanto de las cámaras antiguas porque, cuando puedo, compro alguna, por cuestiones estéticas. Pero el postureo de llevar una encima es algo que os aseguro que puedo ahorrarme.

Si quieres contratarme puedes mandar un mensaje al +34 644459753 por Whatsapp o Telegram, o un mail a sergi@archerphoto.eu. Si quieres insultarme puedes hacerlo en medio de la calle gritándome o escribiendo una novela en la que yo aparezca como personaje y tenga una muerte horrible. Para ver alguna de mis fotos recientes, echa un vistazo a mi galería. Si lo que quieres es ver mis fotos de Instagram, @Archerphoto.

A mí me encantan los cacharros antiguos. Pero los nuevos suelen funcionar mejor.